Volvemos con la segunda parte del artículo que publicamos hace escasos días. En la publicación anterior se hacía un análisis sobre la deuda en el Estado Español, el aumento de ésta y la repercusión a la economía básica de las clases populares, terminando con la pregunta clave de esta cuestión: ¿Quién ha sido el principal beneficiario de este aumento de la deuda pública? A partir de aquí, se presentarán datos constatados de cómo la banca y los grandes monopolios han sido los beneficiados por esta "crisis" del sistema.
¿A quién sirven nuestros gobiernos? (II)
La sostenibilidad de la deuda pública española dependerá del
crecimiento económico del país. Pero este crecimiento económico depende mucho
de la situación internacional, ya que la economía española, al ser un país
imperialista, se encuentra muy globalizada. Y cuando acabe de comenzar 2016,
los augurios de una nueva recesión mundial son cada vez más reales
(desaceleración de China, decrecimiento de los precios del petróleo y las materias
primas, deflación, deuda mundial insostenible, caídas de dos dígitos de las
principales bolsas mundiales, estancamiento de Japón y crecimiento mínimo de la
Unión Europea, inestabilidad política y aumento de las tensiones geopolíticas).
Pero resulta que de confirmarse la nueva recesión también para España, la
sostenibilidad de la deuda se pondrá en duda rápidamente y arrastrará a la
economía a un callejón sin salida mayor todavía del que en la actualidad se
encuentra. ¿Por qué? En primer lugar, la baja capacidad de generación de flujos
de caja de las empresas españolas para hacer frente al servicio de su deuda, si
la comparamos con nuestro entorno, es tres veces superior; en segundo lugar,
respecto a la deuda de las familias, se da una peor capacidad de pago de las
mismas con respecto a las europeas de entre un 25 y un 50 por ciento; pero el
problema principal estriba en que los bancos españoles son los principales
acreedores tanto de la deuda pública como la privada, a la vez que dichas
entidades financieras acumulan una deuda estimada en 1,6 billones de euros. Las
autoridades de la Unión Europea y el gobierno español han ocultado la cantidad
de dicha deuda, con el objetivo de evitar el colapso de la cuarta potencia de
la Eurozona (que de paso podría echar por tierra todo el proyecto europeo).
Pero ha sido un paso hacia delante de la camarilla financiera que traerá una
crisis mayor todavía. ¿Cómo y por qué se ha llegado a esta situación?
1)
Entre 2.000 y 2.009 la deuda del Gobierno es la
única que se reduce, al pasar del 63% al 56% del PIB. La deuda de las empresas
pasa del 74% al 141% del PIB, la de los hogares del 45% al 87% del PIB,
mientras que la deuda de la banca pasa del 11% al 82% del PIB. Es decir, que
mientras la deuda del Gobierno se reduce poco más de10% y la de los hogares y
empresas se duplica, la deuda de la banca se multiplica ocho veces. Al inicio
de la crisis de 2008 se dijo que los españoles de a pie habían vivido por
encima de sus posibilidades (hipotecas, tarjetas de crédito, consumo excesivo),
pero resulta que fueron los bancos los que, sin disponer de la liquidez
suficiente, se embarcaron en un endeudamiento ocho veces superior al que tenían
al inicio del boom inmobiliario.
Cartel en el que se lee "¡CULPABL€$!" colocado en una sede bancaria |
2)
Con la crisis de 2008 se cortó el crédito
internacional (Alemania y Francia, fundamentalmente, que habían comprado bonos
hipotecarios buscando las altas rentabilidades del llamado milagro económico
español) a la banca española, la cual no podía hacer frente a los pagos de los
préstamos recibidos. La oligarquía financiera tocó a las puertas del Estado al
grito de “el sistema financiero no puede caer”.
3)
Entonces se produce la restructuración del
sistema financiero: fusión de las cajas de ahorro (ahorro popular) y su
transformación en bancos, liquidación y/o nacionalización de las que estaban en
bancarrota, absorción y concentración empresarial de la banca española. A
través de diferentes tipos de ayudas y préstamos públicos del Estado se creó el
Fondo para la Adquisición de Activos Financieros – FAAF – que estuvo vigente
desde 14/10/2008 hasta 2012; se creó el Fondo de Reestructuración Ordenada
Bancaria (FROB) en vigor desde el 27/06/2009; aplicación de las nuevas normas
de los Acuerdos de Basilea III en 2011; normas de saneamiento activos
inmobiliarios en febrero de 2012; solicitud de ayuda financiera del Gobierno de
España para el rescate de la banca en junio de 2012.
4)
Pero la Unión Europea obligó a España a:
modificar el artículo 135 de la Constitución (27/09/2011) (compromiso de
estabilidad presupuestario y que el pago de la deuda pública fuese lo primero a
pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales,
sin enmienda o modificación posible), y además, a subir los impuestos (IVA en
julio de 2010 al 18% y en septiembre de 2012 al 21%) a la clase obrera para
pagar a los acreedores (antiguos y nuevos).
5)
Los bancos españoles cierran “el grifo” de los
préstamos bancarios a la pequeña y mediana empresa (lo que explicar un alto
porcentaje de los cierres de estas empresas en los últimos años, y el
crecimiento del desempleo asociado a dichas quiebras), para buscar la
rentabilidad en la deuda pública o soberana. Por ejemplo, el Banco Central
Europeo otorgaba préstamos a la banca española al 1% y ésta compraba los bonos
del Estado en subasta pública con intereses que podían superar el 5%. Así
pasaron a manos de la gran banca española más de 100.000 millones de euros (vía
intereses pagados por el Estado a dichas entidades), además de que parte del
dinero del rescate antes mencionado también sirvió para adquirir esa deuda.